
Triangulando entre Bonastre, Masllorenç y Salomó, encontramos los restos de lo que fue una impresionante masía que antaño controlaba cual vigilante, un inmenso mar de viñas que inundaban la zona. Hoy en día aún se puede apreciar e incluso recrear en nuestra imaginación el marchito esplendor del lugar, adentrándonos en su interior, contemplando la edad centenaria de sus formidables vigas y el frescor gratuito de las contadas estancias que aún conservan la techumbre. Un lugar a salvo del vandalismo siempre presente en la civilización y que perdura década tras década a pesar del inevitable azote de la naturaleza.
Galería de La Masía de Bonastre
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